Dice Rosa Díez -que no se sabe si va, si viene o si por el camino se entretiene- que desayunar cada día con las rencillas internas del PP y no con su labor de oposición es una «falta de respeto a los 10,5 millones de ciudadanos que les han votado». Y tiene razón. Que levante la mano el que sepa a ciencia cierta cuál es la postura oficial del principal partido de la oposición con respecto al travase del Ebro a Cataluña. Unos dicen que sí, otros que no, otros que llueva chaparrón… Que levante la mano la que conozca con seguridad qué opina el Partido Popular sobre los tejemanejes de la liberación del ‘Playa de Bakío’ en Somalia. Como diría mi profesor de inglés: «Offers?, suggestions?». Nada de nada.
Pero no deja de ser curioso que esta señora -que tiene a sus espaldas conseguir un diputado en el Congreso a los pocos meses de vida de su partido- se dedique a criticar al prójimo pero no aporte soluciones. Utiliza el método PP. Me explico: «lo que tiene que hacer el Gobierno es aprobar un paquete de medidas económicas», dice Mariano. Que si no vale esto, que si no vale lo otro, que si la que está liando Zapatero… pero ¿propuestas? Cero. ¿Qué medidas concretas son las que propone Mariano? Ninguna. Pues Rosa Díez es del estilo. Tiene la desventaja de que prácticamente no sale en los medios -de hecho, sale menos que Llamazares, que ya es decir-, pero es que, en lo poco que sale, no aporta absolutamente nada. La misma falta de respeto a hacia los votantes la constituye estar todo el día preocupado por los conflictos internos de partido que no hacer nada. Y, perdone que le diga, señora Díez, usted no está haciendo nada.
Y la que sí está haciendo -y mucho- es la Ministra de Defensa. Por lo menos se pasa el día de la Ceca a la Meca visitando militares españoles allá donde los haya. Sin embargo, ha cometido el error de dar marcha atrás en la medida de restringir el acceso a determinados contenidos de la web en los ordenadores del Ministerio. Mal. Maaal, ministra Chacón. Y no sólo por demostrar debilidad frente a una manada que tiene que estar a sus órdenes, que también, sino porque, implícitamente, han reconocido que visitan a menudo esas páginas. A mí ya me pueden prohibir visitar la web de Interviú o del Marca que, hablando mal y pronto, me la suda. Quien se queja es porque lo hace. Y, si lo hace, es que no está trabajando en lo que debe.
Los ejércitos de chichinabo, muy al contrario de como dicen algunos, no se hacen permitiéndoles más de lo que se debe, sino imponiendo la disciplina férrea que merecen. Y, si no, que no se hubieran alistado. Que es que lo queremos todo.
Esto es lo que dicen…